Achel Bruin Brune

Achel 8 Brune es una auténtica cerveza trapense de estilo Dark Strong Ale, de alta fermentación y con segunda fermentación en botella. Posee aroma a malta y lúpulo y sabor a trigo tostado. Se elabora en la cervecería del monasterio de Sint Benedictusabdij De Achelse Kluis. Este monasterio se encuentra en el municipio belga de Hamont-Achel, Flandes, cerca de la frontera holandesa. Es la cervecería trapense más pequeña que existe y la que tiene una producción más reducida.

La historia de las cervezas artesanas Achel comenzó en el 1686, de la mano de unos monjes holandeses que fundaron una capilla en un pequeño asentamiento de granjas. Esta pequeña capilla se convertiría más tarde en abadía, y serviría como centro de oración, contemplación y vida espiritual. La abadía prosperó a lo largo de los años, hasta que durante la Revolución Francesa los monjes se vieron obligados a huir y las instalaciones quedaron abandonadas.

 

En 1844, la abadía de Notre-Dame de Saint-Benoît fue reconstruida y ocupada por los monjes de Westmalle. Ya en 1852 se elaboró la primera cerveza. En el 1914, durante la Primera Guerra Mundial, los monjes se vieron obligados a abandonar la abadía de nuevo, ya que fue ocupada y desmantelada por los alemanes. En el 1998 se reanudó la elaboración de cerveza con la ayuda de los monjes de las abadías trapistas de>Westmalle y Rochefort.

 

Achel Negra de elabora desde el verano del 2002, un año después del lanzamiento de la cerveza rubia Achel Blond. En su creación colaboró el Hermano Antoine, un legendario maestro cervecero que se trasladó a Achel desde la Abadía de Rochefort en el 1997. Achel Bruin es el resultado de la unión entre la sabiduría de un maestro cervecero especialista en cervezas oscuras y unos excepcionales ingredientes naturales. De Achelse Kluis es una de las pocas cervecerías en el mundo cuyas cervezas poseen la certificación de "Authentic Trappist Product" (auténtico producto trapense) emitido por la Asociación Internacional Trapense.

Color ámbar oscuro. Aroma a malta tostada y lúpulo con notas afrutadas. Al paladar es suave y compleja a la vez, con notas a caramelo, nueces y levadura. Final amargo y ligeramente malteado. Se recomienda servirla lentamente en una copa de cáliz dejando aproximadamente un centímetro de sedimento de levadura en la botella. Graduación: 8 grados de alcohol.