El Oktoberfest alrededor del mundo
El Oktoberfest de Múnich, con sus más de seis millones de visitantes anuales, es la fiesta cervecera por excelencia. Su importancia es tal que el espíritu bávaro ha viajado lejos del Theresienwiese para inspirar celebraciones en los cinco continentes. En este recorrido nos adentraremos en algunos de los festivales cerveceros más importantes del mundo inspirados en el Oktoberfest.
Asia: Oktoberfest con sabor oriental
China
Qingdao es una ciudad portuaria conocida por su pasado colonial alemán y por ser hogar de la cerveza Tsingtao. Aquí tiene lugar el Festival Internacional de la Cerveza de Qingdao, también conocido como “el Oktoberfest asiático”.
Cada año, en verano durante aproximadamente un mes, Qingdao recibe una avalancha de entusiastas de la cerveza: más de 6 millones de visitantes participaron en la última edición, consolidándola como la mayor celebración cervecera de toda Asia.
Esta celebración tiene lugar en enormes recintos feriales junto a la playa, donde se instalan cabañas y carpas de estilo bávaro prefabricadas. Aquí camareros y camareras –muchos ataviados con Dirndl y Lederhosen– cargan en sus manos incontables jarras de litro rebosantes de espuma.
A diferencia del Oktoberfest muniqués, aquí es difícil oler el típico olor a salchicha asada: en Qingdao no abundan las bratwursts, sino que la oferta culinaria es decididamente china. Brochetas, dumplings, mariscos frescos y otras delicias locales sustituyen a las comidas bávaras.
El entretenimiento incluye desde concursos masivos de ganbei (brindis) y música pop en vivo, hasta presentaciones de ópera de Pekín o sesiones de karaoke.

Japón
Si hay un país amante de la cerveza en Asia, ese es Japón. En Tokio tienen lugar varios “Oktoberfest” a lo largo de el año, no solo en octubre. Por ejemplo, uno de los festivales cerveceros más importantes, el Odaiba Oktoberfest, anima la bahía de Tokio en plena primavera. Del mismo modo, en verano y otoño se organizan eventos en parques céntricos como Hibiya o Shiba.
¿Qué se puede encontrar en un festival cervecero japonés inspirado en el Oktoberfest? Por un lado, auténticas cervezas alemanas de trigo y lager servidas en Mass de cristal, salchichas con chucrut, brezels recién horneados y bandas de música bávara en el escenario. Además, en algunos puestos se venden nachos, pizza o sushi junto a los codillos, reflejando la diversidad gastronómica que agrada al público local.
Es común ver a grupos de oficinistas japoneses mezclando cánticos bávaros con eslóganes de anime, o bailando al compás de un remix de polka con J-Pop.
Si bien los precios de cerveza y comida suelen ser elevados en comparación con los biergärten alemanes (la importación y la exclusividad se pagan), miles de asistentes acuden igualmente por la oportunidad de vivir el Oktoberfest sin volar 12.000 km.

Oceanía: fiesta bávara en tierras australianas
Australia
En este país cervecero por excelencia, la celebración ha tomado forma de un evento gigante que recorre varias ciudades: “Oktoberfest in the Gardens”. Se trata del Oktoberfest más grande de Australia, una fiesta itinerante que en octubre se instala, fin de semana a fin de semana, en hasta siete ciudades desde la costa oeste a la este.
En un mismo mes, grandes parques de Adelaide, Perth, Brisbane, Gold Coast, Melbourne, Newcastle y Sídney se transforman en celebraciones cerveceras alemanas por un día.
Miles de asistentes (más de 60.000 en total) acuden vestidos como auténticos bávaros –aunque sea primavera austral, se enfundan sus lederhosen de cuero o coloridos dirndls– listos para alzar sus jarras bajo el cálido sol del hemisferio sur.
El festival ha sido reconocido incluso por publicaciones internacionales como Condé Nast Traveler entre los cinco mejores Oktoberfest del mundo. En enormes carpas se sirve cerveza alemana importada (como Paulaner, Hofbräu o Löwenbräu, traídas especialmente), junto con sidra, vino y otras bebidas para todos los gustos.
Hay puestos de pretzels, salchichas y chucrut, sin olvidar las omnipresentes patatas fritas y meat pies australianos. La música en vivo corre a cargo de bandas de oompah que invitan a bailar polkas y valses, pero también DJs modernos que, entrada la noche, convierten el parque en una discoteca al aire libre.

Europa cosmopolita: Viena, Londres y París
Viena
la capital de Austria, organiza desde hace años su propia versión de Oktoberfest conocida como Wiener Wiesn Fest (fiesta de la pradera vienesa) en el parque del Prater.
Durante unos 18 días entre finales de septiembre y principios de octubre, la Kaiserwiese (pradera imperial) bajo la icónica noria gigante se convierte en un bullicioso recinto cervecero.
En enormes carpas y áreas al aire libre, la música en vivo es la gran protagonista: más de cien grupos suelen actuar a lo largo del festival, ofreciendo desde Schrammelmusik vienesa y valses hasta marchas de brass alpino con decenas de acordeones por metro cuadrado.
Viena aprovecha su Oktoberfest para celebrar no solo Baviera, sino todas las regiones de Austria: es común ver a visitantes de Estiria, el Tirol o Carintia acudiendo con sus trajes regionales (cada provincia con su estilo de Lederhosen y dirndls) y llenando el ambiente de un mosaico de dialectos y danzas locales.
A diferencia de Múnich, donde la fiesta es puramente bávara, en Viena es como una feria nacional austríaca: se pueden probar vinos Grüner Veltliner además de cerveza, o un licor de schnapps entre jarra y jarra.
Los puestos de comida ofrecen gastronomía regional austriaca además de las clásicas salchichas: hay Wiener Schnitzel (milanesa) del tamaño del plato, Apfelstrudel recién hecho, quesos alpinos, y abundan los asados y embutidos de distintas zonas del país.

Londres
La ciudad entera vive múltiples eventos estilo Oktoberfest. Por ejemplo, se instalan carpas gigantes en parques como Finsbury o zonas de Canary Wharf para el London Oktoberfest, donde largas mesas comunitarias reúnen a ejecutivos de la City y aficionados cerveceros por igual.
Estos eventos se acompañan de la clásicas bandas alemanas de oompah tocando sin descanso, camareras vestidas de Dirndl sirviendo Bratwurst y pretzels de tamaño gigante, y un ambiente festivo.
Además, algunos pubs y cervecerías alemanas–como Bermondsey Bierkeller o las sucursales de Hofbräuhaus– organizan sus propias semanas de Oktoberfest, más íntimas pero igualmente animadas, con concursos como el de levantar la jarra (¡a ver quién aguanta más tiempo sosteniendo un Maß lleno con el brazo extendido!) o premios al mejor disfraz bávaro.

París
La ciudad de la luz y el buen vino celebra desde 2015 su propio Oktoberfest, gracias a la iniciativa de cerveceros bávaros que decidieron traer la fiesta a territorio francés.
Aquel primer Oktoberfest parisino, instalado en la zona de La Villette bajo una gran carpa, fue un éxito rotundo que sorprendió a muchos.
Viendo la entusiasta acogida, el evento se ha consolidado, llegando a reunir a alrededor de 10.000 asistentes durante una semana de festejos.
La fórmula combina la autenticidad alemana con el savoir faire francés. En el Paris Event Center y espacios similares, se recrea la típica estampa bávara. La cerveza oficial es la Paulaner Oktoberfest Bier, elaborada especialmente para estas fiestas, acompañada de otras variedades de Múnich como la Märzen rubia y la Weissbier de trigo.
Los franceses, conocidos amantes de la gastronomía, disfrutan con las generosas raciones de bretzel, chucrut, codillo, salchichas y tablas de embutidos, todo con un toque de art de vivre: no es raro ver a parisinos saboreando cada bocado de choucroute garni entre sorbo y sorbo de lager.
El público es una mezcla de expatriados alemanes nostálgicos, franceses curiosos y turistas internacionales que encuentran en Oktoberfest Paris una experiencia divertida y diferente en medio del otoño parisino.
América: desde el carnaval cervecero en Sudamérica hasta los USA
Brasil
Cruzamos al hemisferio sur y llegamos a Blumenau, en el estado brasileño de Santa Catarina, donde se celebra el Oktoberfest de Blumenau, el más famoso de Latinoamérica.
Esta ciudad fundada por alemanes en el siglo XIX recrea cada octubre un pedacito de Baviera. El festival nació en 1984 tras una inundación que devastó la región, para levantar el ánimo y la economía local.
El festival de Blumenau se ha convertido en la segunda fiesta popular alemana más grande del mundo, solo por detrás de la de Múnich. Cada año atrae a más de 500 mil visitantes durante sus 18 a 20 días de duración.
El ambiente fusiona la cultura germana con la alegría brasileña: desfiles diarios recorren la rua XV de Novembro con grupos de danza folclórica, sociedades de tiro, carrozas y habitantes locales orgullosos luciendo trajes típicos bávaros.
En el parque Vila Germânica –un recinto de 26.000 m²– abundan puestos de gastronomía regional y cervecerías locales; platos como el eisbein (codillo), el kassler (cerdo ahumado) acompañan a los tradicionales pretzels y chucrut.
La cerveza, protagonista indiscutible, incluye marcas brasileñas y también importadas alemanas, servidas en enormes jarras. Blumenau añade sus propias tradiciones a la mezcla: quienes asisten vestidos con atuendo tradicional entran gratis al recinto, fomentando un verdadero desfile de colores.
Además, cada noche hay concursos animadísimos, siendo el más famoso el Concurso Nacional de Tomadores de Chopp em Metro – que consiste en beber 600 ml de cerveza servida en un tubo de un metro de largo lo más rápido posible.

Argentina
A los pies de las sierras cordobesas en Argentina se encuentra Villa General Belgrano, un pueblo alpino fundado por inmigrantes centroeuropeos en los años 30. Allí se celebra desde 1963 la Fiesta Nacional de la Cerveza, la versión argentina del Oktoberfest.
Fue una de las primeras reinterpretaciones de la fiesta bávara fuera de Alemania, y hoy convoca a más de 100.000 turistas durante dos fines de semana de octubre.
Caminar por Villa General Belgrano es sentir la atmósfera de un pueblo bávaro: arquitectura de cabañas de madera con techos a dos aguas, cervecerías artesanales y restaurantes que sirven chucrut, salchichas alemanas y strudel de manzana. En la plaza principal (actual Parque Cervecero) se instala un gran patio cervecero donde se vive un ambiente familiar y festivo.
Durante el festival, las calles del pueblo se llenan de color con desfiles de carrozas y comparsas en trajes típicos.

Estados Unidos
En Estados Unidos, país de inmigrantes, el Oktoberfest ha echado raíces con un sabor propio. Ciudades con fuerte ascendencia alemana celebran fiestas multitudinarias, destacando el Oktoberfest Zinzinnati en Cincinnati, Ohio.
Nacido en 1976, este festival ha crecido hasta reunir cerca de 800.000 asistentes cada año, siendo el Oktoberfest más grande de EE. UU.
Calles enteras se convierten en biergärten improvisados, con decenas de puestos sirviendo salchichas bratwurst, sauerkraut y cerveza tanto alemana importada como artesana local.
Estos Oktoberfest no son meras copias de la original, sino reinterpretaciones, ya que en cada país la fiesta adopta sabores locales y tradiciones añadidas que enriquecen la experiencia. Lo mágico es que, a pesar de las diferencias, en todos se comparte ese ambiente cálido de convivencia –esa Gemütlichkeit bávara– que hace que desconocidos bailen y canten juntos como viejos amigos. Prost!


