Cerveza

Westmalle, tradición y calidad trapense belga

Westmalle puede presumir de ser una de las pocas cervecerías del mundo que elabora cervezas con la denominación protegida de “Auténtico Producto Trapense”, otorgada por la Asociación Internacional Trapense (JVT). Su historia comienza en 1794 cuando diez monjes trapenses que venían huyendo de la Revolución Francesa  se asentaron en una pequeña granja en Malle, Bélgica. No fue hasta el 1836 que la abadía de Westmalle se convirtió en un monasterio Trapense. Originalmente, las principales fuentes de ingresos de los monjes era la agricultura y la ganadería. Según las reglas de San Benedicto, a los monjes solo se les permitía consumir una medida de vino al día. Eso era algo muy desafortunado, ya que el suelo y el clima de la región no permitían el cultivo de uvas. Es por eso por lo que los monjes empezaron a elaborar cerveza para consumo propio. 

Westmalle Dubbel, cerveza tostada

En 1856, los monjes crearon su primera cerveza tostada de tipo Dubbel, aunque la Westmalle Dubbel que conocemos en la actualidad se elabora conforme a una receta del 1926. Esta Dubbel es una extraordinaria cerveza de color caoba, con aroma frutal y dulce con notas a malta y levadura y sabor a malta tostada, caramelo y frutos secos.

Además de por su buen hacer y sus excelentes cervezas trapenses, los monjes trapenses de Westmalle son bien conocidos por su innovación, ya que fueron los primeros en elaborar una cerveza denominada Tripel, conocida por ello como “la madre de todas las triples”. 

La madre de todas las triples

Westmalle Tripel se lanzó al mercado en 1934 para celebrar la inauguración de la nueva fábrica de cerveza de la abadía. Está basada en la receta de Henri Vanderlinden, el maestro cervecero de Witkap. Las cervezas triples se caracterizan por su alto contenido de alcohol, su elaboración con una mayor cantidad de ingredientes y su sabor intenso con predominancia de la malta y los lúpulos.

En la época, debido a su alta graduación, esta cerveza belga era considerada como una bebida extremadamente fuerte. Por esto su receta fue modificada en 1956 para darle un carácter más complejo. Hoy en día se sigue elaborando como entonces, siguiendo la misma receta y usando la misma cepa de levadura. Es una cerveza muy equilibrada y compleja, con un ligero toque a malta y plátano maduro y un final largo y algo amargo.

Recientemente, Westmalle ha lanzado al mercado Westmalle Trappist Extra, una «patersbier». o cerveza de refectorio, de estilo Belgian Ale de alta fermentación con segunda fermentación en botella. Al haber sido concebida originalmente para ser consumida por los monjes de Westmalle, posee un carácter ligero y suave, ideal para acompañar sus comidas. Es una cerveza dulce y afrutada con tan solo 4,8 grados de alcohol. Hasta ahora, esta cerveza nunca se había vendido al público, excepto había un exceso de producción. En este caso, las cervezas se vendían en el mismo monasterio, en cantidades limitadas.

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