Cómo elegir una cerveza artesana según tu tipo de paladar
El mundo cervecero es increíblemente diverso: hay cervezas dulces, amargas, afrutadas, tostadas, ligeras o intensas, cada una con matices que pueden sorprender incluso al paladar más escéptico.
Explorar distintos estilos puede ser una aventura sensorial que cambie por completo tu percepción. Tal vez tu cerveza ideal aún está esperándote y muchas veces la clave está en conocer tu tipo de paladar.
Nuestro sentido del gusto reconoce una variedad de sabores básicos: dulce, amargo, ácido, salado y el famoso umami (ese sabor sabroso/carnoso).

Al degustar cerveza, además de esos sabores, también percibimos sensaciones táctiles en boca, como el cuerpo (peso o densidad de la cerveza), la textura (aterciopelada, cremosa…) y la carbonatación (nivel de burbujas o efervescencia). Te ayudamos a encontrar ese estilo que te enamorará.
Paladar dulce, para amantes de lo maltoso y caramelizado
La malta es el ingrediente que aporta el toque dulce a la cerveza, aportando sabores a caramelo, toffee, miel o frutas pasas.
Las personas con paladar dulce suelen apreciar cervezas donde el sabor a malta domina sobre el amargor del lúpulo.
¿Qué encontrarás en estas cervezas? Sabores suaves, acaramelados, a veces con notas de chocolate o frutos secos, y un amargor muy moderado.
Por ejemplo, una clásica Belgian Dubbel ofrece matices de caramelo y frutas pasas (higo, ciruela) con un toque especiado, lo que resulta en un perfil dulce y complejo. Asimismo, muchas cervezas belgas de abadía o trapenses tienden al dulzor y cuerpo redondo. Ejemplos: St. Bernardus Prior 8, Westmalle Dubbel.

Otro ejemplo es la Milk Stout (o Sweet Stout), una stout negra a la que se añade lactosa: el azúcar de la leche no fermenta, aportando dulzor y una textura cremosa.
En una Milk Stout percibirás notas de café y cacao, pero envueltas en una dulzura suave similar a chocolate con leche.
Estilos recomendados para paladar dulce: Milk Stout, Amber Ale, Dubbel belga (u otras ales belgas maltosas como Belgian Dark Strong Ale), Barleywine (muy rica en malta y fruta seca) e incluso ciertas cervezas de trigo de estilo alemán, que tienden a ser dulces y afrutadas (con notas a banana y clavo en el caso de las Weissbier). Estas cervezas realzan los azúcares de la malta y suelen tener un amargor bajo, por lo que encajan con paladares golosos.
Paladar amargo, para quienes disfrutan del lúpulo
¿Eres de los que saborea el café bien cargado y el chocolate negro 70% cacao? Si disfrutas de ese toque amargo, probablemente tengas afinidad por el paladar amargo.
En la cerveza, el amargor procede principalmente del lúpulo que, además de amargar, aporta aromas herbales, cítricos o frutales.
¿Qué encontrarás en estas cervezas? Sabores intensos, resinosos o cítricos, que secan ligeramente la boca. Las reinas de lo amargo en el mundo craft son sin duda las IPAs (India Pale Ales).
Las IPAs modernas se distinguen por su amargor pronunciado y su potente aroma a lúpulo, a menudo con notas cítricas, tropicales o frutales.
Dentro de las IPAs, si tu paladar busca todavía más amargor, te encantarán las West Coast IPA y las Imperial IPA (Double IPA). La West Coast IPA, originaria de la costa oeste de EE.UU., suele ser seca, muy lupulada, con sabores a pino, pomelo y alta amargura. Ejemplos: Basqueland Imparable IPA, Dougall’s IPA4.

Por su parte, una Imperial IPA lleva el amargor al siguiente nivel: más alcohol, más lúpulo, más intensidad en todo (recomendadas solo si ya disfrutas mucho el amargor, ya que pueden ser abrumadoras para un principiante).
No solo las IPAs son amargas; existen otros estilos lupulados también podrían agradarte. Una American Pale Ale (APA) es similar a una IPA pero por lo general un poco más suave en amargor, siendo buena puerta de entrada al mundo lupulado.
Las Black IPA combinan amargor y notas tostadas, y las Session IPA ofrecen el carácter de una IPA pero con menor graduación alcohólica.
Fuera del terreno de las ales, algunas lagers especiales como la Pilsner checa o alemana tienen un amargor marcado (aunque más elegante y limpio), que también satisface a los amantes de lo amargo en un formato más ligero.
Estilos recomendados para paladar amargo: IPA (y subestilos como West Coast IPA, Double IPA), American Pale Ale, Black IPA, Pilsner lupulada (por ejemplo, una Pilsner tipo alemana o una India Pale Lager), Bitter inglesa (de ahí su nombre, aunque son moderadas comparadas con las IPA), y en general cualquier cerveza donde el lúpulo brille. Prepárate para disfrutar de sabores cítricos, florales, herbales o resinosos junto con ese amargor persistente.
Paladar ácido, para quienes buscan lo ácido y refrescante
No a todo el mundo le gusta la acidez, pero a quien le gusta lo ama. Si gozas con sabores como el del yogur natural, la kombucha, la limonada sin azúcar o incluso vinagretas, es señal de que tu paladar tiene aprecio por el ácido.
En las cervezas, el sabor ácido proviene de ciertos procesos de fermentación (con bacterias lácticas o brettanomyces, por ejemplo) o de la adición de frutas ácidas. Las cervezas ácidas (sours) artesanales se han vuelto muy populares por su carácter refrescante y distintivo.
¿Qué encontrarás en estas cervezas? Unas notas ácidas, a veces punzantes como chupar un limón, otras veces más suaves como un toque de yogur o masa madre. Suelen ser cervezas muy refrescantes, de cuerpo ligero y alta carbonatación.
Un gran ejemplo es la Berliner Weisse, estilo originario de Berlín: cerveza de trigo muy ligera y marcadamente ácida. Tanto que a veces se le añade sirope de frutas para suavizarla.
En una buena Berliner notarás una acidez láctica limpia y fuerte, con muy poco sabor a lúpulo (el equilibrio viene de la acidez en lugar del amargor) y final muy seco.
Otro estilo favorito de los perfiles ácidos es la Gose, originaria de Leipzig: una cerveza de trigo ácida y ligeramente salada, con semillas de cilantro – su sabor combina notas cítricas, salinas y herbales, perfecta para un día caluroso.
Dentro del abanico Sour hay que mencionar las cervezas de fermentación espontánea belgas, como las Lambic y Gueuze, que desarrollan acidez junto con sabores “funky”. Ejemplo: Lindemans Gueuze, Boon Gueuze Mariage Parfait.

No podemos olvidar las modernas Sour Ales, con las que los cerveceros experimentan agregando frutas (frambuesa, maracuyá, cerezas ácidas, etc.) a bases ácidas, logrando auténticos dulces/tartas líquidas para adultos.
Estilos recomendados para paladar ácido: Berliner Weisse, Gose, American Wild Ale o Sour Ale con frutas, Lambic, Gueuze, Flanders Red Ale (cerveza roja ácida de Bélgica, con acidez avinagrada suave y notas a vino tinto y madera). Ten en cuenta que la acidez equilibra la falta de amargor – de hecho, en estas cervezas el amargor del lúpulo suele ser mínimo o indetectable. Son excelentes para “resetear” el paladar y muy versátiles para maridar con comidas (prueba una sour con quesos fuertes o postres cremosos, ¡es una delicia!).
Paladar umami, para los de sabores profundos y salados
El umami es ese quinto sabor difícil de describir pero fácil de reconocer cuando lo pruebas: es el gusto sabroso, carnoso, que encuentras en un pedazo de queso curado, un tomate seco, salsa de soja o un hongo shiitake. Si en tus comidas te encantan las cosas con cuerpo, saladas o con ese punto sabroso-intenso, es posible que disfrutes el lado maltoso/umami de la cerveza.
Aquí hablamos de cervezas donde la malta (tostada u oscura) toma protagonismo, aportando sabores profundos: pan recién horneado, galleta, frutos secos, toffee, café, cacao, e incluso notas que recuerdan a carne o caldo en algunos casos.
¿Qué encontrarás en estas cervezas? Complejidad y riqueza de sabor. Imagina un sorbo donde percibes pan dulce, frutos secos, toques de chocolate amargo y un retrogusto casi umami como de salsa de soja.
Esto pasa con cervezas oscuras o muy maltosas, sobre todo si han sido envejecidas. De hecho, según expertos como Randy Mosher, las cervezas que han sido almacenadas durante mucho tiempo pueden desarrollar percepciones similares a carne asada o salsa de soja en el paladar – es decir, claramente umami.
Un exponente clásico es la familia de las Bock alemanas. La Bock tradicional es una lager fuerte de color ámbar oscuro, muy maltosa, con sabor a pan tostado, caramelo y un final limpio; su versión más potente, la Doppelbock (doble bock), lleva esos sabores al extremo: más cuerpo, más dulzor maltoso, a veces con notas de ciruela pasa o melaza.
Estas cervezas prácticamente saben a pan líquido tostado, con leve dulzor pero también cierto sabor “sabroso” que recuerda a un buen guiso (por algo en Alemania muchas Doppelbock tienen nombres terminados en “-ator”, ya que históricamente se tomaban casi como alimento líquido). Ejemplo: Samichlaus Classic
Por otro lado, las cervezas oscuras de tradición británica, como la Porter y la Stout, también encajan con paladares umami/maltosos. Una Porter robusta presenta notas de café, chocolate amargo y maltas tostadas, con amargor moderado proveniente del grano tostado (más que del lúpulo).
Esa combinación de tostado y dulzor bajo puede dar una sensación “salada” agradable, que recuerda al cacao puro o a la corteza de un pan bien horneado.
En algunas stouts imperiales muy fuertes incluso se notan toques a salsa de soja o anchoas (umami puro) debido a la oxidación durante el envejecimiento. Ejemplo: Guinness Draught Stout.

Otra delicia maltosa es la Brown Ale (ale marrón inglesa o americana), con sabor a nuez, caramelo y galleta; y la Scotch Ale (también llamada Wee Heavy), rica en maltas caramelizadas, toffee y un deje ahumado o turba en ocasiones, perfecta para quienes gustan de whisky escocés.
Estilos recomendados para paladar umami/maltoso: Bock y Doppelbock (lagers alemanas maltosas), Porter y Stout (ales oscuras inglesas/irlandesas, incluyendo variantes como Oatmeal Stout o Imperial Stout para más intensidad), Brown Ale, Scotch Ale/Wee Heavy, Barleywine (vino de cebada inglés, muy alcohólico, dulce-maltoso y desarrollado, con notas umami cuando envejece). Son ideales para acompañar comidas sabrosas (asados, guisos, quesos curados) porque el umami intensifica sabores: por ejemplo, una Porter con queso parmesano crea una combinación umami espectacular
Consejos prácticos para identificar tu tipo de paladar
¿Te gusta el café negro sin azúcar? Si disfrutas el café fuerte, amargo, sin endulzantes, probablemente te atraigan las cervezas amargas o muy tostadas. Es decir, podrías gozar de una IPA bien lupulada (amargor herbal/cítrico) o de una Stout/Porter robusta (amargor de malta tostada y notas de café). Muchos aficionados a la IPA coinciden en que aman el café solo, porque ambas bebidas comparten ese amargor intenso y satisfactorio.
¿Eres fan de los postres y cosas dulces? Si tienes sweet tooth (goloso/a), siempre pides postre o te encantan los refrescos y bebidas dulzonas, tu paladar se sentirá cómodo con cervezas maltosas. Prueba una Amber Ale, una Brown Ale o una Milk Stout. Seguramente apreciarás esas notas de caramelo, vainilla o chocolate que aportan las maltas especiales. Incluso estilos como Pastry Stout (stouts inspiradas en postres, con vainilla, cacao, lactosa, etc.) podrían fascinarte si te encanta el dulce.

¿Disfrutas sabores ácidos como limón, vinagre o encurtidos? Hay personas que felizmente chupan una rodaja de limón (¡en serio!) o que aliñan fuerte la ensalada con vinagre. Si tú eres así, sin duda dale una oportunidad a las cervezas sour. Empieza tal vez con una Berliner Weisse con sirope frutal o una Gose (ácida-suave y salina) y luego avanza a Sour Ales más salvajes. Tu amor por lo ácido se verá recompensado con cervezas que otros quizá encuentran muy extremas, pero que a ti te resultan deliciosamente refrescantes.
¿Te encanta lo salado, umami o alimentos intensos? Si te gustan los quesos curados, anchoas, soja, champiñones salteados, carne a la parrilla…, tu paladar tiene afinidad umami. Ve por una Doppelbock, una Scotch Ale o una Imperial Stout envejecida. Esas cervezas robustas, con profundidad maltosa, harán eco a esos sabores que te encantan. Por ejemplo, si gozas un buen queso azul, acompañarlo con una Barleywine añeja o una Stout fuerte es una experiencia espectacular, porque ambos comparten complejidad y carácter intenso.
En resumen, sé consciente de lo que te gusta en comidas/bebidas y úsalo como guía. También ayuda mucho ir a cervecerías artesanales o a tu tienda de cerveza especializadas favorita y pedir sugerencias: describe qué sabores te apetecen ese día (dulce, amargo, afrutado, tostado, etc.) y deja que te recomienden. Con el tiempo y la experimentación, afinarás el radar de tu paladar.
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